¿Te has fijado que los grandes chefs sienten devoción por productos muy económicos?.
Para muestra, solo hay que ver lo que puede hacer Martín Berasategui con un jurel o una caballa (verdel).
Uno de los pescados más baratos del mercado se convierte en un plato de estrella Michelín. Abracadabra.
Ahora voy a hablarte del mejillón y por qué este molusco ha perdido categoría en nuestras mesas.
La razón es que se cultiva en cantidades industriales, en las Rías Gallegas hay mejillones para dar y tomar.
El enlatado también le ha hecho perder categoría. Por favor, no asocies una lata de mejillones en escabeche a un plato de mejillones al vapor humeante soltando aroma a mar.
La buena noticia es que esa pérdida de categoría es parte de nuestra percepción ante un producto muy abundante y económico.
Cuando se encuentre la fórmula para cultivar percebes y lleguen en masa a los mercados, a un precio ridículo, los veremos como marisco de poca calidad. Sucede siempre.
Lejos de lo que puedas pensar, el cultivo de mejillón en batea no solo ha aumentado la cantidad, su calidad ha mejorado hasta límites insospechados.
Y ahora, aunque no te lo creas, puedes disfrutar de uno de los mariscos más sabrosos del mar a un precio escandalosamente bueno.
Yo te voy a dar 4 claves básicas para hacer unos mejillones al vapor de primera, si tú quieres darle una vuelta más y crear algo espectacular te dejo aquí dos libros de dos gigantes de la cocina. ⬇️
Cómo hacer unos mejillones al vapor memorables
1º Conseguir material del bueno
Compra mejillones frescos y de primera. Son asequibles, piensa que almejas, vieiras o navajas cuestan hasta 10 veces más.
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Los mejillones de la Rías Gallegas tienen Denominación de Origen Protegida (D.O.P), busca la etiqueta.
2º Cómo limpiar los mejillones
Igual que el resto de moluscos bivalvos, los mejillones tienen que pasar por un proceso de depuración antes de salir a la venta. Esto quiere decir que van a llegar a tu casa depurados y limpios. Aún así debes darle un repaso debajo del grifo.
Coge un cuchillo y rasca la superficie para despegar pequeños crustáceos pegados y arranca con cuidado el sobrante de las barbas.
Descarta las piezas que estén rotas o abiertas.
3º Mejillones a la olla
Echa los mejillones a una olla, que no rebasen la mitad porque van a necesitar el espacio para abrirse. Si has comprado muchos tendrás que repetir el proceso.
Pon una hoja de laurel seco y una cucharada de sal. Tapa la olla y ponla al fuego, así, sin nada más.
Con el calor los mejillones sueltan el agua retenida. Es suficiente para que se cocinen al vapor. Cuando todas las conchas estén abiertas (tardarán 10 minutos), están listos para comer.
Si quieres un toque distinto puedes echar medio vaso de vino blanco albariño en el fondo y conseguir unos mejillones al vapor de albariño que te mueres.
4º Mejillones al plato
Coge los mejillones de uno en uno y arranca la concha vacía. Coloca en un plato y sírvelos calientes acompañados de limón.
No tires el agua que han soltado. Cuela y guarda en la nevera.
Es un caldo excelente para un arroz, un guiso de pescado o una fideuá de marisco.
Antes de usar el caldo vigila el punto de sal porque tiene en exceso. Añade una parte de caldo y una de agua, comprueba y rectifica de sal si es necesario.
➡️ 5º Un extra de regalo
Te prometí 4 claves para hacer los mejillones al vapor, esta última va de regalo. 😉
Los mejillones se congelan de maravilla.
Puedes guardarlos durante un mes y siguen estando buenísimos. Yo congelo las carnes en un recipiente con un poco del agua que han soltado.
El resto del agua la congelo aparte.
Lava y seca las conchas si tienes pensado usarlas otra vez.
¿Alguna duda mejillonera?.
Puedes preguntarme lo que quieras, no te cortes.
Como siempre, gracias por leer hasta aquí, no todos lo consiguen.
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Última actualización el 2023-12-02 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
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